En Barro, Alejandro Pedregosa se adentra con emoción contenida y sabiduría poética en el territorio de la piedad filial. Siguiendo la estela de las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, pero con la voz y la sensibilidad de un poeta del siglo XXI, Pedregosa rinde homenaje a la figura de su padre recientemente fallecido. Aquel hombre que le dejó, como legado y brújula vital, una sencilla pero poderosa indicación: “ahí tienes tu camino, ama el barro”.
El poemario se convierte así en una meditación sobre el origen de la vocación, sobre la ética heredada y sobre la ternura que permanece, incluso tras la pérdida. En estos versos hay evocación, pero también mirada presente: el poeta observa el mundo actual desde esa ausencia reciente, reflexiona sobre su oficio, y reconoce que la humanidad se funda, ante todo, en el cuidado del otro. “Porque el amor se hereda a través de los siglos como se hereda una casa o una deuda ancestral”.
Barro es un canto a nuestra condición frágil y efímera, pero también moldeable, fértil, capaz de ser transformada y habitada con sentido. Con resonancias de Miguel Hernández y una voz propia que equilibra emoción y lucidez, Pedregosa firma un libro sereno, dolido y profundamente bello.
