Los días siguientes, de Víctor Vázquez —músico, poeta y narrador gallego nacido en los setenta— ofrece una trama que rehúye la novela tradicional. En vez de narrar acontecimientos lineales, propone al lector que complete un rompecabezas literario en el que Lisboa no es un escenario pasivo, sino un personaje más. Calles, puertos, cafés y ríos adquieren identidad propia, marcando el ritmo de un relato fragmentario que abraza el extrañamiento y la deriva urbana.
Vázquez teje guiños constantes a la obra de escritores como Orhan Pamuk, Louis‑Ferdinand Céline o Antonio Tabucchi, aunque su inspiración más evidente es Enrique Vila‑Matas, autor al que se declara fiel seguidor. El lector reconocerá en sucesivos fragmentos referencias implícitas a esa atmósfera literaria: la melancolía mediterránea, el narrador errante, el tono confesional y la estilística posmoderna.
La novela se despliega en 144 páginas donde el ritmo poético —resultado de la formación musical y lírica del autor— impregna cada escena. Vázquez cultiva una prosa que coquetea con el haiku urbano, donde lo que no se dice cuenta tanto como lo que se dice. A cada vuelta de página, los fragmentos se ensamblan o se disparan hacia otra dirección, como si la ciudad misma impusiera su lógica.
Los días siguientes es, por tanto, un ejercicio literario que exige participación del lector: no entrega respuestas inmediatas, sino pistas para reconstruir una ciudad fragmentada, un recuerdo infinito, un sentimiento de búsqueda. Una lectura ideal para quienes disfrutan con narrativas abiertas, que combinan la deriva poética con la ciudad-laberinto, invitando a reinventar el sentido en cada constelación urbana.
