Todas las cosas que se van

En su segundo libro, Todas las cosas que se van, Laura Villar nos sumerge en un diálogo poético entre ausencias, donde la palabra escrita es el puente entre los cuerpos y el tiempo. Este poemario puede leerse como una larga carta que dilata la separación entre los amantes y al mismo tiempo la mitiga, fundando una intimidad que resiste al olvido.

Villar reinventa el lenguaje epistolar desde una lírica moderna, sobria, a la vez atemporal y profundamente emocional. Su poesía, que ya destacaba en La ciudad, se consolida en este nuevo libro como una de las más delicadas e intensas dentro del panorama gallego contemporáneo.

Cada poema de este libro es una despedida que no termina de cerrarse, una despedida que escribe para quedarse. Y en esa demora, en esa tensión entre lo que se va y lo que permanece, se revela la verdadera fuerza de su voz.