Oscura hierba

Mónica Doña es una poeta que nunca defrauda. Sus libros nos dejan esa sensación de desvelamiento y sorpresa que me ha fascinado siempre en su poesía: en cada uno de ellos ha emprendido una nueva, sabia y entusiasta aventura.

A la hora de acercarse a este género tradicional japonés llamado haiku lo hace con su siempre muy cuidadoso sigilo y con sabiduría lo lleva al terreno que ella quiere explorar: nos habla de Instantes como golpes de gong o de campana y sus respectivas vibraciones: esos fogonazos que habrían de atrapar estos breves poemas, provocando en quien los lee un golpe de luz, de punzante emoción poética.

No le preocupa demasiado a nuestra autora atenerse del todo a la pureza del haiku unido a la idea de naturaleza. Ella necesita abrir el abanico, extenderlo hacia otros chispazos de luz vibrante, de conocimiento, de ironía que nos remuevan y alumbren. Así fue surgiendo este hermosísimo libro titulado Oscura Hierba y dividido en tres partes: Caída Libre, Oscura Hierba y Caligrafías.

No me resisto a dejar aquí algunas de sus muchísimas perlas: «La niña triste:/ su gracioso flequillo/ sobre dos lágrimas.”, «Luna en el agua/ y en mi cabeza un charco/ de luz dispersa.”, «Podé el rosal/no le quedaban rosas/ a las espinas”, «Gracias al polen/-oh polvo enamorado-/ la flor existe.”

Ángeles Mora